El entrenamiento en ayunas, realizar ejercicio físico sin haber ingerido alimentos previamente, ha generado interés en el ámbito del fitness y la salud. 

Algunas personas optan por esta práctica con la creencia de que puede ayudar a quemar más grasa y mejorar la eficiencia metabólica. 

 Se sugiere que durante el ayuno, el cuerpo recurre a las reservas de grasa como fuente de energía principal, potencialmente aumentando la oxidación de ácidos grasos durante el ejercicio. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la evidencia científica sobre los beneficios específicos del entrenamiento en ayunas es mixta y varía según el individuo, el tipo de ejercicio y otros factores. 

 Para algunas personas, el entrenamiento en ayunas puede ser beneficioso, especialmente en actividades de baja a moderada intensidad. Sin embargo, en ejercicios de alta intensidad o para personas con ciertas condiciones médicas, puede resultar en una disminución del rendimiento o generar malestar.

Es fundamental considerar la propia salud, nivel de condición física y metas de entrenamiento antes de optar por el entrenamiento en ayunas. 

Consultar con un profesional de la salud o un entrenador personal puede ser clave para determinar si esta práctica es adecuada y cómo implementarla de manera segura y efectiva.